enero 30, 2015

LA FE


La confianza: una actitud natural

El mundo de hoy muchas veces cuestiona a las personas que tienen fe. Se les considera ingenuas, ilógicas, supersticiosas. Parecería que para tantos hombres y mujeres de nuestro tiempo resulta difícil creer en algo o alguien sin poder verlo con los propios ojos y tocarlo con las propias manos.
Creer y confiar en la palabra de otra persona es, sin embargo, algo natural y cotidiano; ni siquiera el más convencido ateo podría considerarse un incrédulo absoluto, pues cada vez que adquiere un producto o un alimento confía en las personas que lo han elaborado. Tal vez no creerá en Dios, pero en lo cotidiano "creerá" en muchísimas cosas y personas sin estar constantemente analizando las razones para hacerlo. Por ejemplo, cuantas veces creemos, sin cuestionar, lo que dicen los noticieros, las películas o los diarios. Más aún, le creemos a las personas que amamos, o a quienes les reconocemos cierta autoridad, sin tener que estar verificando constantemente lo que nos dicen. Sería realmente imposible vivir si dudásemos de todo lo que se nos dice hasta que sea demostrado. El mundo, es un sentido, se paralizaría.
Para el ser humano natural creer y confiar y la fe cristiana, que implica un acto similar en cuanto es creencia y confianza, es una postura nartual, que no hace a los cristianos ni ingenuos, ni tontos, ni ilógicos. Sin embargo, resulta comprensible que para temas más trascendentes y misteriosos exijamos mayores razones, y está muy bien que sea así.

Fe: don de Dios y acto humano

La disposición natural de las personas para creer y confiar encuentra una seguridad y una certeza muy grande en la virtud teologal de la fe, porque es confiar en Dios, quien nunca nos falla ni nos abandona, que ni se engaña ni nos puede engañar.
El Catecismo de la Iglesia Católica nos dice que la fe es la adhesión personal del hombre a Dios que nos ha creado a su Imagen y Semejanza y, además, ha querido revelarse, darse a conocer. Dios «habla a los hombres como amigo, movido por su gran amor y mora con ellos para invitarlos a la comunión consigo y recibirlos en su compañía. La respuesta adecuada a esta invitación es la fe». Por la fe nosotros aceptamos a Dios que se revela, aceptamos su invitación a vivir con Él.
El Catecismo nos ilumina, además, dando dos características muy importantes de la fe.
  1. En primer lugar afirma que la fe es una gracia, un «don de Dios, una virtud sobrenatural infundida por Él». Es un regalo que Dios nos da, manifestación inmensa de su amor. Dios no le niega nunca este regalo a quien lo busca sinceramente y lo pide con humildad.
  2. Por otro lado Dios respeta la libertad del hombre. La fe es también un acto humano, que depende de la libertad y la inteligencia del hombre que deposita su confianza en Dios y se adhiere a las verdades por Él reveladas.
Recordemos siempre, entonces, que como todo don divino, la iniciativa es de Dios. Él nos ama primero, y nos ofrece la gracia de la fe que ilumina nuestro entendimiento y voluntad. Como toda invitación, espera una respuesta. Esa respuesta al don de la fe es la aceptación libre, el asentimiento a las verdades y promesas por Él reveladas.








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CONSERVANDO LO QUE LA FE ALCANZA

     Enseña a tu corazón para que guarde los mandamientos y sea agradecido porque siempre hay más que recibir del Señor.

Salmista y Adorador: Wilver Santyo
    Cuando viajas, le indicas a tu esposa las tareas y seguramente hay cosas que recomiendas con especial atención. Tal vez darle de comer al perro u otra cosa pero  hay algo en lo que insistes y porque es muy importante. De la misma forma, el Señor remarca en el libro de Malaquías  lo que desea de nosotros:

     Malaquías 4:1-4  nos enseña: Porque he aquí, viene el día ardiente como un horno, y todos los soberbios y todos los que hacen maldad serán estopa; aquel día que vendrá los abrasará, ha dicho Jehová de los ejércitos, y no les dejará ni raíz ni rama. Más a vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el Sol de justicia, y en sus alas traerá salvación; y saldréis, y saltaréis como becerros de la manada. Hollaréis a los malos, los cuales serán ceniza bajo las plantas de vuestros pies, en el día en que yo actúe, ha dicho Jehová de los ejércitos.  Acordaos de la ley de Moisés mi siervo, al cual encargué en Horeb ordenanzas y leyes para todo Israel.

     Estas son las últimas palabras del último libro del Antiguo Testamento y el mensaje es que debemos recordar Su ley. A todos nos encanta escuchar las promesas y respuestas que vienen del cielo porque encienden nuestra pasión por seguir creyendo pero nos disgusta que nos digan lo que debemos hacer y no lograremos avanzar mientras el corazón no sea enseñado en dar más que en recibir.

Las intenciones del corazón

      Hebreos  4:12 asegura: Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.

     Tenemos muchas intenciones en el corazón: ir a la iglesia, conocer a Dios, guardar Sus mandamientos, recuperar o reconstruir el hogar, prosperar, viajar, entre otras cosas. Cuando el pueblo estaba en la frontera de la Tierra Prometida, enviaron espías para explorarla y lograr que dentro del corazón naciera la voluntad de conquistarla. Dios venía trabajando en sus corazones desde que salieron de Egipto. Nosotros debemos actuar igual y cuidarnos de guardar Sus mandamientos cuando obtengamos lo que nuestra fe nos permita alcanzar. No te olvides de honrar al Señor cuando logres restaurar a tu familia, tener buena posición económica y alcanzar tus promesas.

      Por ejemplo, un padre que regala un carro nuevo a su hijo cuando se gradúa del colegio, lo hace para recompensarlo por el producto del esfuerzo y para que pueda ir a la universidad, no para que lo deshonre  manejando ebrio y cometiendo locuras. Lo que comenzó bien, ese premio por el éxito puede echarse a perder en un instante. El mal carácter de no valorar y no corresponder  arruina todo porque si  desperdicias o mal utilizas lo que recibes, Él no tendrá confianza de darte más.  Dios prueba nuestro corazón y desea ver qué hacemos cuando nos da. Lo correcto es recibir con responsabilidad, temor y celo por honrarlo.

      Jesús vivió un ejemplo de mal carácter de alguien a quien bendijo cuando sanó a diez leprosos y solamente uno regresó a dar gracias. Esos diez enfermos vivían una agonía constante, no podían trabajar ni convivir con sus familias. La sanidad que recibieron era un regalo extraordinario y no tuvieron el corazón y carácter para asumir la actitud correcta y agradecer. La fe les funcionó y provocó el milagro que anhelaban, pero se echó a perder por el carácter.

Guarda siempre los mandamientos y demuestra gratitud

      En Deuteronomio 6:10 –17 el Señor advierte de nuevo sobre esto: Cuando Jehová tu Dios te haya introducido en la tierra que juró a tus padres Abraham, Isaac y Jacob que te daría, en ciudades grandes y buenas que tú no edificaste, y casas llenas de todo bien, que tú no llenaste, y cisternas cavadas que tú no cavaste, viñas y olivares que no plantaste, y luego que comas y te sacies,  cuídate de no olvidarte de Jehová, que te sacó de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre. A Jehová tu Dios temerás, y a él solo servirás, y por su nombre jurarás. No andaréis en pos de dioses ajenos, de los dioses de los pueblos que están en vuestros contornos; porque el Dios celoso, Jehová tu Dios, en medio de ti está; para que no se inflame el furor de Jehová tu Dios contra ti, y te destruya de sobre la tierra. No tentaréis a Jehová vuestro Dios, como lo tentasteis en Masah. Guardad cuidadosamente los mandamientos de Jehová vuestro Dios, y sus testimonios y sus estatutos que te ha mandado.

      Dios siempre empieza a trabajar en nuestro corazón antes de que lo bueno llegue porque es necesario para convertirte en esa persona que puede alcanzar mucho más. El problema del pueblo no era conquistar sino en quién se convertiría al lograrlo. Dios insiste en pedirnos que vivamos los mandamientos  en todo momento no solamente cuando obtenemos lo que deseamos.

      Deuteronomio 8: 2 continúa advirtiendo: Y te acordarás de todo el camino por donde te ha traído Jehová tú Dios estos cuarenta años en el desierto, para afligirte, para probarte, para saber lo que había en tu corazón, si habías de guardar o no sus mandamientos.

      El Señor nos inicia en procesos y nos expone a situaciones porque nos ama y le duele que seamos mal agradecidos. Hay que creer y mantenerse aferrado a las promesas, pero  también debemos someternos a los procesos  que educan nuestro corazón.

       El leproso no esperaba recibir la salvación eterna pero la obtuvo a través de la gratitud. Somos escasos porque nos conformamos y no vemos que aún hay más. Declara que el Señor es tu Salvador, confiésalo con tu boca y abrirás las puertas de los cielos. Limpia tu corazón y tu boca de malas palabras o mentiras.  Avanza  hacia la santidad porque todo lo puedes en Cristo que te fortalece. Dios quiere manifestarse en tu debilidad porque allí es donde te hará fuerte para que poco a poco logres ser mejor. Esa es la actitud de un verdadero cristiano.

      Pídele al Señor que te libre de apartarte de Él porque tu verdadera recompensa es demostrarle que serás fiel toda la vida. Demuéstrale que estás decidido a obedecer y mejorar. Nada debe detenerte para convertirte en ese hijo que le agrade con su conducta. Prométele que lucharás por cumplir Su palabra  porque sabes que te ayudará y  sostendrá  para disfrutar de todo aquello que ha preparado para ti.

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enero 29, 2015

LAS BUENAS OBRAS NO SALVAN.

        Muchas personas creen  que si son “buenos” o realizan buenas obras se les  garantiza un lugar en el Cielo. En la Biblia en libros como Marcos 5:34; 10:52 o Lucas 17:19 hay un mensaje que nos puede guiar a una respuesta más acertada en la que se expone de manera explícita “Tu fe te ha salvado”. En el libro de Efesios 2:8,9 Jesús nos muestra su Voluntad de reglarnos nuestra salvación, por su Gracia “"Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe"

Salmista Y Adorador: Wilver Santoyo

        Los mandamientos que Dios nos dejó como herencia son una guía, unas normas de conducta  para saber la voluntad de Dios y una muestra para que fuéramos conscientes de la imposibilidad de alcanzar la perfección.

        Así pues encontramos una relación directa entre la fe y las obras.  Cuando aceptas a Jesús en tu corazón, aceptas un compromiso personal con Dios, haces un pacto de transformación. Esta confesión implica un cambio, aceptar a Jesús como tu Señor, creer en él y en su palabra y hacerla visible poniéndola en práctica con tus obras, tu comportamiento tu interacción con la gente, para que todo el mundo pueda conocerlo a través de uno mismo, siendo un reflejo de Jesús. Acepte a Jesucristo en este mensaje de salvación.

         Jesús nos ama sin ningún tipo de interés y su sacrificio fue solo por puro amor. Es necesario pedir personalmente a Dios que nos muestre su camino para no caer en afirmaciones erróneas o mal interpretaciones de su voluntad y poder así obrar conforme a su palabra.

JESUCRISTO ES EL ÚNICO CAMINO PARA LA SALVACIÓN

         No hay otro camino para llegar a la salvación fuera de Jesucristo, Él es la puerta para entrar. Jesucristo nos dice en su Palabra: "Yo soy el camino, la verdad y la vida;  nadie viene al Padre, sino por mí”" Juan 14:6. Él nos da claramente el mensaje de salvación para nuestras vidas.
"Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” Hechos 4.12. “Porque hay un solo  Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo Hombre” 1 Timoteo 2:5
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LAS COSAS PEQUEÑAS SE CONVIERTE EN GRANDE COSAS.


     Dios suele ver el potencial que las cosas tienen y no el tamaño  He estado hablando de usar lo que tenemos. Mucha gente no sale adelante por no usar lo que tiene. La mayoría de personas siempre se    queja de las cosas que no posee, en lugar de usar lo que sí tiene. Cuando logramos ver las cosas pequeñas que Dios nos ha dado, somos capaces de ver lo que podemos lograr. La Biblia dice que sin Dios no podemos hacer nada, pero también nos dice que haremos grandes proezas en Él.
Salmista y Adorador: Wilver Santoyo

    Todos nosotros venimos de lo pequeño, somos el producto de un diminuto esperma que luchó contra millones para encontrar un óvulo qué fecundar; y no nos damos cuenta que a partir de ese momento mantenemos una constante lucha por vivir. Las cosas pequeñas no se deben menospreciar porque en ellas se encuentran grandes cosas.

    Las cosas pequeñas pueden llegar a ser grandes. Tú decides si ves el tamaño o el potencial que tienes. Decides si ves una semilla pequeña o el potencial que ella posee. ¿Qué ves en una semilla, un fruto o un árbol? Un árbol, pero también puedes ver un bosque, porque de la misma semilla va a salir todo. Las cosas son tan pequeñas o poderosas como decidas verlas. El éxito   está en convertir las cosas pequeñas en grandes.
La Biblia dice que en los lomos de Abraham había una gran generación. Puede que solamente hayas visto en Abraham un hombre estéril y en su esposa una mujer igualmente estéril, pero Dios vio el potencial que había en ellos. Dios suele ver el potencial que las cosas tienen y no el tamaño, es decir, Él sabía que en los lomos de Abraham ya había una gran generación, por eso le dijo que su descendencia sería como las estrellas. ¿Que ves?, el tamaño o el potencial de las cosas. Puedes tener un billete de 100 en las manos y ver sólo eso, puedes ver una blusa, un pantalón o ver la capacidad que tienes de  producir 20 más sobre él. La gente que un día se hizo rica fue porque sabía que de ese billete podían salir millones. ¿Qué ves de ti mismo? miras tu  tamaño, la ciudad o el barrio donde naciste, las circunstancias o ves el potencial que tienes.

     Debes ser una persona que en lugar de ver el tamaño de las cosas, mire el potencial.La Palabra dice en la parábola de los talentos que el señor le dio talentos a cada uno conforme a su capacidad. Cuando hablamos de talentos aquí lo hacemos como moneda, al que tenía cinco le dieron sólo cinco porque tenía capacidad de producir cinco sobre ellos. También dice que a un hombre le dieron sólo uno y lo enterró, entonces, cuando el amo volvió a pedir cuentas, le quitó su talento y lo entregó al que tenía diez. Dios no te ha bendecido más porque estás sentado esperando los recursos que ya te dio.  La bendición que recibes del Señor depende de  cuánto puedas manejarla o administrarla. ¡Usa la capacidad que Dios te dio!La Palabra del Señor en Marcos 8:15-21 dice: "Y él les mandó, diciendo: Mirad, guardaos de la levadura de los fariseos, y de la levadura de Herodes. Y discutían entre sí, diciendo: Es porque no trajimos pan. Y entendiéndolo Jesús, les dijo: ¿Qué discutís, porque no tenéis pan? ¿No entendéis ni comprendéis? ¿Aún tenéis endurecido vuestro corazón? ¿Teniendo ojos no veis, y teniendo oídos no oís? ¿Y no recordáis? Cuando partí los cinco panes entre cinco mil, ¿cuántas cestas llenas de los pedazos recogisteis? Y ellos dijeron: Doce. Y  cuando los siete panes entre cuatro mil, ¿cuántas canastas llenas de los pedazos recogisteis? Y ellos dijeron: Siete. Y les dijo: ¿Cómo aún no entendéis?". En este pasaje Dios está hablando del corazón y de no entender, pero el corazón no entiende, es la mente. Cuando a María le dijeron que iba a quedar esperando a Jesús, ella creyó. Sólo preguntó cómo podría ser pues no conocía  varón. Y el ángel le dijo que a través del Espíritu de Dios. Cuando por fin crees una  cosa, Dios empieza a hablarte de la otra. Nosotros primero tratamos de entender y luego creemos. Cuando la gente empieza a pensar que puede llegar a hacer cosas aunque no sepa cómo, puede llegar al éxito. Si buscas primero cómo saber hacer las cosas y no crees que lo puedes hacer, estás limitando tu potencial.  a las cosas pequeeñas  llegn a ser grandes. No debes decir "no puedo", debes preguntar "como se hace". En los ministerios se habla de oír la voz de Dios en forma audible. He visto tres veces al Señor y nunca he oído en el concepto que tiene la voz de Dios audible. ¿Cómo es la voz de Dios grave o aguda? ¿Cuál es el idioma de Dios? ¿Cómo vas a saber cómo es la voz audible de Dios? No la has sabido reconocer que es distinto. Mucha gente no se mueve porque dice que no ha escuchado la voz de Dios, pero si crees que Dios te está hablando, puedes oír su voz y las promesas que quiere darte a través de alguien más. El problema es que estás más interesado en la voz que en las promesas que quiere decirte. No importa cómo, lo importante es que hable. Si tienes Palabra de Dios y un versículo que declarar, tu misma voz puede ser la voz de Dios. Si quieres  oír más la voz de Dios, párate delante de un espejo y empieza a repetir todas las   promesas que el Señor tiene para tu vida, y estarás  escuchando la voz de Dios. No importa cómo es la voz, lo que importa es lo que diga a tu vida. 

    Todos son la voz Dios. Cuando hablas la Palabra, ¿no es esa la voz de Dios? La Biblia dice que  Dios habló a través de hombres. Has escuchado la voz de Dios muchas veces, pero tu corazón ha sido duro. Cada vez que una persona se acerca y me bendice, estoy oyendo la voz de Dios, puede que el tono cambie, pero el mensaje es el mismo. Jesús alimentó con siete panes a 4 mil personas y con cinco alimentó a 5 mil, la cantidad es lo de menos, lo que cuenta es el principio.   De eso no se trata. Se trata de respetar el principio de multiplicación. La Palabra dice: "de cierto   te bendeciré y te multiplicaré". ¿Pero cómo sé yo que algo se  puede multiplicar?, ¿por lo que  es o por la persona que lo tiene? Lo que tienes se puede multiplicar tantas veces como quieras.


     Nuestro Señor es un Dios bueno y su creación también lo es. No sé por qué el mundo desprecia    tanto la creación de Dios, si nosotros mismos somos imagen y semejanza de Dios. No creo que Dios haya dicho al verte: "Este no me salió bueno". No creo que Dios haya hecho algo malo. No te desprecies. Dios te dio capacidad y talento para que lo uses. Cuando Dios hizo ese ser humano, le puso cualidades y virtudes para salir adelante. La Biblia nos dice que sin Dios no podemos hacer nada, pero también dice que en Cristo podemos salir adelante. Cuando tengas  una  actitud de negativa, no te justifiques diciendo: "es que no sabe de dónde vengo". El  problema que tienes es que no olvidas, nunca es tarde para volver a comenzar.  hay miles de   personas que dicen que no pueden, pero Dios no nos creo así, así los formaron. Y tiene solución, dejémonos formar por los pensamientos y las promesas de Dios. Déjate formar, no importa la cultura que tengas o la posición socioeconómica, sólo deja que la Palabra de Dios te renueve y podrás ver que en Cristo Jesús se puede lograr. 
Salmista y Adorador: Wilver Santoyo

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enero 27, 2015

VALORA LA SABIDURÍA DE TODOS

      El rico y el pobre, el joven y el anciano, el grande y el pequeño pueden enseñarnos valiosas lecciones. ¡Aprovechémoslas



     Vivir exige sabiduría porque nuestra existencia se integra por infinidad de decisiones que nos obligan a escoger lo correcto de aquello que conocemos, sea por definición o por experiencia. Cada paso que damos requiere seleccionar entre dos opciones. Incluso al abrir los ojos cada mañana, debemos decidir con sabiduría levantarnos a la hora más adecuada para ser productivos.


    Además, sabemos que nuestro Señor nos pide que seamos sabios. De hecho, En Lucas 14: 25-33 Jesús explica que la sabiduría es indispensable para ser Sus discípulos. Él explica que será imposible seguirlo para quien no aborrezca y renuncie a todo cuanto posee, incluyendo a su familia, y lo asocia con alguien que no es capaz de planificar antes de edificar y alguien que pelea una batalla sin considerar sus posibilidades de ganarla.  ¿Qué relación tiene todo esto? El hilo conductor de todo lo que Jesús describe es la insensatez y la necedad. Así que para ser Su discípulo debemos despojarnos de la insensatez y de la necedad, ¡incluso si la heredamos de nuestros padres! No podemos llegar a los pies de Jesús sin antes aborrecer todo lo que aprendimos que obstaculice el camino a la sabiduría. Hay generaciones que heredaron necedad y deben romper con ese lastre. No esperes a ser anciano para adquirir sabiduría, aprende del Señor para corregir tu vida y enseñar a tus hijos. La única forma de aborrecer la necedad es buscar y amar la sabiduría.


    Algunas personas que escuchaban a Jesús se preguntaban cómo sabía tanto si era el hijo del carpintero que ellos conocían. Las personas arrogantes, poco sabias, menosprecian la sabiduría de otros porque no la reconocen. Al contrario, los sabios siempre desean aprender por lo que encuentran sabiduría al escuchar, preguntar y observar. Una persona sabia incrementa su entendimiento al buscar consejo sobre lo que ignora y encuentra buen juicio donde otro no se imagina que pueda existir. Debemos hacer a un lado el orgullo y tener humildad para reconocer la sabiduría y escuchar consejo de quien puede enseñarnos.


    Incluso, podemos ver que la sabiduría nos promueve, porque Jesús salió del anonimato al compartir Sus enseñanzas. Demuestra que anhelas sabiduría buscándola incluso en los lugares más insospechados. Sabio es aquel que con consejos, experiencia ajena y propia recopila información para tomar las decisiones correctas.

     Es cierto que la sabiduría se adquiere con los años y la experiencia, pero todos podemos ser más sabios a la edad que tengamos. Un niño de ocho años que termina sus tareas antes de jugar es más sabio que otro que no dedica tiempo al estudio. Nuestro nivel de sabiduría se incrementa si sabemos dónde buscarla y encontrarla. ¡La Biblia dice que aun el necio es contado por sabio cuando calla! Así que de todas las personas podemos obtener sabiduría si tenemos la correcta disposición para estar atentos. 

     Debemos aceptar la sabiduría donde quiera que la encontremos, en lo pequeño y en lo grande. La Palabra nos dice que las hormigas son sabias aunque son pequeñas y nada fuertes, porque aprovechan el verano y se preparan para el invierno. Aprende y demuestra tu sabiduría al ahorrar porque la época difícil vendrá. El segundo ejemplo de sabiduría son los conejos que no se esfuerzan demasiado, ya que aprovechan lo que ya existe, por eso forman sus madrigueras entre los pedregales que les brindan seguridad. La Palabra también habla de las langostas que avanzan en grupos; y menciona a las arañas que habitan en palacios aunque son tan vulnerables que podemos atraparlas con la mano. Entonces, la sabiduría no necesariamente está ligada a la grandeza, fortaleza o exceso de esfuerzo. Los insectos y animales más pequeños pueden enseñarnos sobre sabiduría si tenemos la humildad de aceptar las lecciones que puedan darnos. No desperdicies ninguna enseñanza que Dios quiera darte a través de Sus criaturas.

    Eclesiastés enseña que la sabiduría puede verse además de escucharse y nos cuenta sobre un hombre pobre que salvó a su pueblo con el consejo que le dio ante la amenaza de una invasión, ya que la sabiduría puede más que la fuerza. Pero lo más remarcable de este pasaje es la sabiduría del hombre que fue capaz de tomar en cuenta a ese sabio que, aunque pobre y olvidado, podía ayudarles4 y dijo: “Hay que escucharlo”, más aún, encontramos doble enseñanza en quienes aceptaron el consejo, dejaron de lado su orgullo y escucharon al hombre que antes habían menospreciado.

    Si estás dispuesto  a ser sabio debes dejar el orgullo que te impide escuchar a grandes, pequeños, ricos o pobres. Aun en el necio se encuentra sabiduría si sabemos descubrirla con una mirada abierta y receptiva. La Palabra nos advierte que no seamos sabios en nuestra propia opinión porque no siempre tendremos la razón. ¡Aceptemos nuestra ignorancia y mantengamos nuestros sentidos alertas para encontrar sabiduría! Dale gracias al Señor por abrirte los ojos, los oídos y el entendimiento a la sabiduría que te rodea. Demuestra tu deseo de erradicar la insensatez y crecer en buen juicio al aceptar a Jesús y abrirle las puertas de tu corazón para que cambie tu vida por completo, llenándote de Su sabiduría.


 1) Lucas 14: 25-33: Grandes multitudes iban con él; y volviéndose, les dijo: Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo. Y el que no lleva su cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo. Porque ¿quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla? No sea que después que haya puesto el cimiento, y no pueda acabarla, todos los que lo vean comiencen a hacer burla de él, diciendo: Este hombre comenzó a edificar, y no pudo acabar. ¿O qué rey, al marchar a la guerra contra otro rey, no se sienta primero y considera si puede hacer frente con diez mil al que viene contra él con veinte mil? Y si no puede, cuando el otro está todavía lejos, le envía una embajada y le pide condiciones de paz. Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulos.

2) Marcos 6:2-3 relata:  Y llegado el día de reposo, comenzó a enseñar en la sinagoga; y muchos, oyéndole, se admiraban, y decían: ¿De dónde tiene éste estas cosas? ¿Y qué sabiduría es esta que le es dada, y estos milagros que por sus manos son hechos? ¿No es éste el carpintero, hijo de María, hermano de Jacobo, de José, de Judas y de Simón? ¿No están también aquí con nosotros sus hermanas? Y se escandalizaban de él.

3) Proverbios 30:24-28 explica: Cuatro cosas son de las más pequeñas de la tierra, y las mismas son más sabias que los sabios: las hormigas, pueblo no fuerte, en el verano preparan su comida; los conejos, pueblo nada esforzado, y  ponen su casa en la piedra; las langostas, que no tienen rey, y salen todas por cuadrillas; la araña que atrapas con la mano, y está en palacios de rey.

4 Eclesiastés 9: 13-18 relata: También vi esta sabiduría debajo del sol, la cual me parece grande: una pequeña ciudad, y pocos hombres en ella; y viene contra ella un gran rey, y la asedia y levanta contra ella grandes baluartes; y se halla en ella un hombre pobre, sabio, el cual libra a la ciudad con su sabiduría; y nadie se acordaba de aquel hombre pobre. Entonces dije yo: Mejor es la sabiduría que la fuerza, aunque la ciencia del pobre sea menospreciada, y no sean escuchadas sus palabras. Las palabras del sabio escuchadas en quietud, son mejores que el clamor del señor entre los necios. Mejor es la sabiduría que las armas de guerra; pero un pecador destruye mucho bien.



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CÓMO OBTENGO ACERCARME DELANTE DE DIOS

    Cuando el hambre y la sed de Dios sea tu mayor problema, vas a empezar a hablar de la presencia de Dios más que de cualquier problema

Adorador Y Salmista: Wilver Santoyo

     Este día  ha sido diseñado para enseñarles a  capturar esa presencia, y a aprender a caminar bajo el poder de Dios. Esta no es un día  para yo enseñarte ni decirte que Dios te va a ayudar a resolver todos tus problemas.  Ustedes viven tan preocupados por todos sus problemas que no han encontrado al Dios que soluciona los problemas.

     Problemas tenemos todos; sólo que algunos  tenemos problemas, pero nunca nos quitan el hambre y la sed de Dios. Otros por cualquier problema dejan de buscar a Dios como Dios y su presencia para ellos, sino que comienzan a buscar a Dios como quien resuelve sus problemas y todo el tiempo sólo hablan de clavos con Dios, de problemas con Dios, denotando así que no han creído en una vida llena de victoria en Cristo Jesús. Cuando tú dejes de hablar de tus problemas con Dios, y empieces a hablar con Dios de Dios, de él, de su presencia, todo te va a empezar a cambiar, créemelo y si no, pues sigue tu vida como va.

    Cuando el hambre y la sed de Dios sea tu mayor problema, vas a empezar a hablar de la presencia de Dios más que de cualquier problema. Hay una escritura que dice: “deléitate en Jehová y El concederá las peticiones de tu corazón”. ¿Cuál es el problema? Que hay una iglesia en general que no se deleita en Jehová, pero quiere la respuesta a las peticiones de su corazón. Cuando la Biblia dice: “Deléitate en Jehová y él concederá las peticiones de tu corazón. En otras palabras, nos está diciendo “no hay petición que Dios no nos conceda a los que nos deleitamos en El”.

    Se lo voy a poner de esa forma, cuando uno tiene un matrimonio amoroso, como decimos “querendón,” ¿cómo uno puede decir que no a lo que le piden? Cuando uno tiene hijos que están pegados, amorosos, y hacen bien las cosas, a uno le dan ganas que le pidan algo.

    El problema es que la gente no se está deleitando en la presencia de Dios. Tienes que aprender a hacerlo. Les voy a enseñar cómo llegar a ese dormitorio, cerrar la puerta, estar delante de Él. La Biblia dice antes de hablar del Padre nuestro: “Entrarán en su aposento o en su dormitorio y cerrarán la puerta”. ¿Dice que lleves a alguien más? ¿Que la dejes abierta?

    Siempre que uno cierra la puerta del dormitorio con su pareja, es porque una de dos cosas va a pasar o van a discutir y nadie más lo tiene que saber. No sé si ustedes discuten delante de sus hijos, pero así no se hace. Uno espera el momento, los hijos se van, cierran la puerta. porque cerrada la puerta es que sea solucionan las cosas, en lo secreto como nos enseña la palabra”.

    Cuando a uno el Señor le manda a cerrar la puerta, es porque quiere hablar cosas con uno que no quiere que nadie más oiga. La primera disciplina que el Señor da es en secreto. A muchos de ustedes Dios los ha disciplinado de forma fea, y por eso tienen el mal concepto de que “ya vas a ver, eso te lo mandó Dios para que aprendas y para que entiendas”.

    Ese concepto del Dios castigador incluso en público te lo deberías de quitar de la cabeza. Porque entonces si anda corrigiendo en público, ¿por qué no hacemos lo mismo nosotros con nuestros hijos, qué nos puede decir Dios? Yo puedo pararme aquí y maltratar y qué, y dirían “qué mal padre,” pues peor es Dios que te ha corregido en público, a no ser que estemos equivocados en el concepto.

    Muchos de ustedes sufren correcciones bien feas por cosas de la vida que se las atribuyen a Dios cuando Dios quiso corregirlas en privado cerrada la puerta, pero no haces tiempo para hablar con Dios. Pero si entras allí como dice la Biblia, cerrada la puerta y oras a tu padre que ve en secreto, te va a recompensar en público. Si oro en secreto, me va a recompensar en público. Di “hoy reconozco que el éxito de la vida pública está  en la vida en secreto”, la de Dios.

    Lo que tú puedes hacer es capturar la presencia de Dios en secreto para poderla manifestar en público. La segunda cosa que normalmente pasa cuando uno dice que cierre la puerta es porque la pareja va a tener su momento más íntimo en su expresión de amor. ¿Cuántos de ustedes son padres de familia? No es ningún secreto de cómo hicieron a sus hijos, y sus hijos saben cómo los hicieron. Lo que hacen es santo, es puro y autorizado por Dios, pero no por eso es público. Yo puedo tener comunión con mi esposa en público, pero intimidad en privado.

     Tú puedes tener comunión con el Espíritu Santo en público, pero intimidad en privado. ¿Cuál es el problema? No hemos llegado al nivel de intimidad con Dios.

     Si quieres capturar la presencia de Dios, es en intimidad. Perdón la comparación, pero sí de ese amor va a quedar la mujer embarazada de un bebé, es decir se va a producir una vida a través de ella porque fue engendrado por el hombre, eso fue en privado. Sin embargo, después usted exhibe las recompensas en público. Ni modo que mantiene a su hijo en privado, “no salgas de la casa que nadie te mire”. Usted lo hizo sin que nadie lo mire, pero una vez nace, todos lo miran.  Normalmente, todos miran el resultado de lo que ha sido una vida privada. Tú quieres que el poder de Dios se manifieste donde quiera que vayas, pero no se agarra donde quiera que estés, se agarra siempre y cuando pases tiempo con el Señor.

    Nada cuando uno tiene música de adoración, la lámpara encendida, las escrituras, se pone a hacer ejercicio, se va al colegio o al trabajo. Está agarrando en privado lo que un día será manifiesto en público. La vida del día a día en el Señor Jesucristo les va a dar una sorpresa como no tienen idea cuando llegue el tiempo en que Dios se manifieste en público a través de tu vida. Han tenido el tiempo para agarrarlo en privado, ya llegará el tiempo en que sea en público.

    ¿Cuántos quieren que sus células crezcan? Eso es en público; si fuera en privado, nadie llegaría. ¿El crecimiento de una célula es público o privado? Público, al igual que el crecimiento de una iglesia. La razón por la cual crece es en privado. ¿Jesús estuvo en el desierto acompañado o solo? solo. Cuando regresó, se manifestó el poder en público, tan público que se hizo famoso por el poder, pero lo capturó en privado.

     Cómo entrar a esa presencia de Dios (Hebreos 4:14) 14Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión. 15 Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. 16 Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.

     Si vas a entrar delante de la presencia de Dios, vas a entrar sin confiar en tu propia justicia ni en tu propia conducta aunque debes de tener una buena, porque si confías en tu propia conducta y en tu propia justicia para entrar, no estás confiando en la sangre que te deja entrar. Hubo un tiempo que basados en un coro, que es un salmo que dice “entraré por sus puertas con acción de gracias por sus atrios con alabanza”. Entonces, se nos dijo que era la acción de gracias y la alabanza la que tría la presencia de Dios. Lo aprendiste tan bien que está mal. Porque no dice la Biblia que la acción de gracias o la alabanza nos lleva a su presencia, dice que entremos con acción de gracias. Ya nos dejaron entrar.

    No existe una sola razón para alabar afuera, porque si usted está alabando afuera, ¿a quién está alabando? Entonces la gente creía y vivió por muchos años que tres coros de alabanza, dos de adoración y cinco minutos en otras lenguas, eso era la presencia de Dios.  Pero encuentro que en el aposento alto, nadie estaba cantando, ni había instrumentos, sino que Él es quien llegó. Pero a veces creemos que la invocación del Espíritu Santo es casi una danza apache, que entre más dancemos, más va a bajar. Lo que te deja entrar es la sangre del hijo de Dios derramada y rociada en el lugar santísimo. El sacerdote para entrar a la presencia, vestía un traje con campanitas en la orilla y tenía que entrar con un cordero. Tenía que ser el cordero perfecto, no el sacerdote; y si el cordero estaba mal, se moría el sacerdote. Si el sacerdote no entraba ahí por lo bueno que él era, sino por lo perfecto que era el cordero; entonces, ¿por qué vamos a entrar nosotros por lo que somos y no por el Cordero perfecto que es Jesús? Si quieres capturar la unción de Dios, debes tener cero confianzas en ti mismo. Es mejor un minuto con la confianza puesta en el cordero que dos horas con la confianza puesta en tus horas de oración. Aquí la carne no funciona, sólo la confianza en el que nos deja entrar a todos por igual.

     Cuando vas a entrar en la presencia, tu mirada se pone en una sola cosa: La sangre del hijo de Dios que fue derramada. Si el diablo le dice que no puede entrar a la presencia por lo que hizo ayer, usted le dice que sí pues Jesús derramó su sangre por usted. Sólo puedo entrar por lo que Jesús hizo. No se puede separar la unción del Espíritu Santo de la fe en el hijo de Dios.  ¿En quien va estar la confianza? Entre más vayas a la presencia de Dios, más sed de Dios vas a tener. Tienes que aprender a confiar en el, no en ti. Desde ahí parte la vanagloria o la humildad, parte reconocer que es El o atribuírtelo un día a ti mismo. Basado en la manera en que entras a la presencia de Dios o en que confías para entrar. Si empiezas a confiar mucho en ti para entrar en la presencia de Dios, cuando ocurran los milagros, llegará el día en que creas que eres tú y no Dios, porque igual creíste para entrar en la presencia de Dios. Pero si desde el principio las cosas están bien, al final seguirán estando bien.

     Cuando tengo que dirigir la alabanza y adoración, normalmente no salgo corriendo a un lugar a orar, tengo hambre. Convoco a mi equipo, celebramos, le damos la gloria al Señor. Contamos chistes, hacemos bromas. La gente pregunta por qué no corremos a un lugar a orar,  y le respondo que la gloria siempre ha sido del Señor. A la gente le cuesta saber cómo entrar a la presencia de Dios, y si no sabes cómo entrar, menos cómo salir. La mayor parte de ustedes no hace el tiempo de reposo. Hay una figura: El día de reposo. En ese día nosotros reponemos las fuerzas de Dios para después manifestarlas. Hay que hacer el tiempo para poderlo hacer.

Salmo 42:1

Como el siervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo. ¿Cuándo vendré y me presentaré delante de Dios?


Verso 7
Un abismo llama a otro a la luz de tus cascadas, todas tus olas han pasado sobre mí. 

    Cuando tú tienes sed y te presentas delante de Dios, ¿crees que te dice Toma y bebe? El salmo dice que como el siervo brama por las corrientes, así clama mi alma por ti. Quiere decir que se acercó a beber, pero quien se acerca a beber al río del Señor, El hace que no beba tan solo del río, sino que lo sumerge. La unción no se lleva por dentro, sino por fuera. Ya tienes al Espíritu Santo, pero cuando estás en su presencia, tienes que aprender a reconocerla. Tu corazón de piedra se tiene que convertir en uno de carne. Según Ezequiel, un corazón que percibe, discierne, reconoce cuando la presencia de Dios está. Si no la reconoces en privado, cómo pues la reconoces en público. Cuando la presencia de Dios baje en tu dormitorio, no hagas nada, no digas nada, pero tampoco te salgas. Cuando sabes reconocerlo en privado, aprendes a reconocerlo en público.


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enero 25, 2015

PEDIR MAL

    Santiago 4:3-5 – Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites. (4) ¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios. (5) ¿O pensáis que la Escritura dice en vano: El Espíritu que él ha hecho morar en nosotros nos anhela celosamente?

Salmista y Adorador: Wilver Santoyo

    La palabra enseña que se puede orar incorrectamente. “Pedís mal”. Oras mal cuando lo que le pides a Dios está basado en asuntos materiales. El apóstol Santiago le llama adulterio. Nuestra traducción de la Biblia dice “Oh almas adúlteras”, pero en el original es una sola palabra, “adúlteras”.

    Cuando le pides cosas materiales a Dios, estas siendo infiel a Dios. Es posible pedirle a Dios un bien material y que él no nos lo conceda porque ese bien sería objeto de idolatría, que es lo mismo que adulterio espiritual.

 Noten los versos 4 y 5.
¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios. ¿O pensáis que la Escritura dice en vano: El Espíritu que él ha hecho morar en nosotros nos anhela celosamente?

    Tu deleite ha de ser Dios y no que Dios sea un medio para conseguir cosas que amas más que a Dios.

Mateo 7:7 dice: Pedid y se os dará.
¿Es Mateo 7:7- una exhortación a usar a Dios como el genio de la lámpara de Aladino? No. Es claro que el punto de la promesa de Mateo 7:7-11 es pedir con confianza la gracia necesaria para vivir la vida cristiana, pues Dios te lo concederá.

   Algo que nos puede ayudar a ver y usar la oración correctamente es reconociendo que es una arma de guerra. En Efesios 6, el apóstol Pablo nos describe cuales son nuestras armas espirituales para luchar.

    Efesios 6:17-19 – Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios; (18) orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos; (19) y por mí, a fin de que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio,

    La oración es un instrumento de guerra, no una barita mágica para satisfacer nuestros deseos terrenales. El mantener una mentalidad de guerra nos ayudará evitar peticiones malas. La oración no es un intercomunicador doméstico, sino más bien un walkie- talkie de guerra. Así han de ser nuestras oraciones. Todo lo que pidamos ha de ser para contribuir con la causa de la guerra. Oremos por todo para la gloria de Dios.
    
      “Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?(26) Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? (27) ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo? (28) Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan; (29) pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos. (30) Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe? (31) No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? (32) Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. (33) Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. (34) Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal.” (Mateo 6:25-34)

    Hermanos, en ninguna manera es nuestra intención y mucho menos la intención de nuestro Salvador que dejes de orar por las cosas materiales. Orad sin cesar. Sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego. La intención es que nuestras oraciones están cada vez más saturadas por peticiones espirituales y que aun las peticiones por cosas materiales y temporales sean con el propósito de glorificar a Dios con nuestras vidas y aumentar nuestro gozo y deleite en él más que en sus dones.

    Ahora más que nunca pidamos con la seguridad plena de que Dios nos concederá todo lo que le pedimos que contribuya para nuestro mayor bien y gozo.
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MI HISTORIA

PREPARARSE ESPIRITUALMENTE

¿Qué significa la gracia para usted? ¿De qué manera le ha ayudado a cambiar su vida el hecho de sentir el poder de Jesucristo? ¿Qué saben las jóvenes en cuanto a la gracia? ¿De qué forma puede ayudarles a comprender el poder de la gracia en la vida de ellas?

¿QUE ES LA GRACIA DE DIOS?

La gracia es la ayuda divina y la fortaleza que recibimos por medio de la expiación de Jesucristo. Por medio de la gracia somos salvos del pecado y de la muerte. Además, la gracia es un poder que nos fortalece día a día y nos ayuda a perseverar hasta el fin. Se requiere esfuerzo de nuestra parte para recibir la plenitud de la gracia del Señor.

ENSEÑAR A LA MANERA DEL SALVADOR

Para enseñar a los que lo seguían, el Salvador les ayudó a ver ejemplos de Sus enseñanzas en la vida cotidiana. Él compartió relatos, parábolas y ejemplos sencillos de la vida real que tuviesen sentido para ellos. ¿De qué manera puede utilizar algunos ejemplos para enseñar a las jóvenes en cuanto a la gracia y cómo actúa la gracia en la vida de ellas?

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