mayo 08, 2015

ESTOY CONVENCIDO

Tus convicciones te identifican como una persona que ama al Señor en los buenos y en los malos momentos.

     Sabemos que al morir, es nuestro cuerpo el que enterramos, porque nuestra alma continúa existiendo, y si hemos aceptado a Jesús como nuestro Señor y Salvador, disfrutamos de una nueva vida plena y feliz en el cielo. También sabemos que quienes hemos creído en el Señor resucitaremos con un cuerpo glorificado. Esa es nuestra esperanza. La lógica nos dice otra cosa, pero simplemente debemos confiar en la soberanía de Dios, estar dispuestos a creer y someternos a Su voluntad, la cual está por sobre todas las cosas.

wilver santoyo


    Someternos a la voluntad de Dios es incuestionable, pero a veces, cuando enfrentamos tiempos de dificultad, realmente no es tan fácil lograrlo. A cualquier puede sacudirlo la tormenta, porque la Palabra dice que tiempo y ocasión acontecen a todos. Por lo tanto, incluso si vas a la iglesia y eres fiel a Dios, es probable que debas enfrentar y superar dificultades; la diferencia con otras personas es que tú confías en la soberanía de Dios, sabes que nada pasa fuera de Sus manos, por lo tanto, estás bajo Su cuidado y protección.

    Mi confianza no es solo que Dios me va a sacar a adelante, sino que Él me llevará  a una vida mejor, luego de las adversidades que debemos enfrentar en el mundo.  Por ejemplo, creyentes y no creyentes sufrimos enfermedad; pero quien no vive con Dios enfrentará debilidad, angustia, aflicción, temor e inconformidad, mientras quien vive con Dios encontrará esperanza, fortaleza, confianza, paz, paciencia, seguridad y fe para luchar en contra de la enfermedad. Claro que también hay miedo, pero puede ser superado por las convicciones que Él ha sembrado en nosotros y que son como músculos que rodean a los huesos de la fe que nos sostiene en medio de cualquier situación. Entonces, aunque padezcas alguna enfermedad, estás convencido de que es posible vencerla, que tienes autoridad pues perteneces a un Reino donde es posible ser sano con decirlo en el nombre de Jesús, y donde la pobreza es una maldición porque Jesús ya pagó por nuestra abundancia. Una persona con fe está convencida de que sus días no pueden concluir con enfermedad porque su vida no esta en función de lo natural sino de lo sobrenatural que Dios puede obrar.

     Una convicción, de acuerdo al diccionario, es seguridad, idea fuertemente arraigada; por lo que podemos decir que nuestras convicciones son nuestras creencias más profundas, aquellas que nos mantienen de pie en todo momento. El Diablo está trabajando para que tus convicciones se debiliten y te apartes de Dios, tal como lo intentó con Job, porque desea perdernos.  Y lo logra cuando nuestra fe y relación con el Señor depende de lo que Él nos da, no de cuánto lo amamos y deseamos Su presencia. Un Padre desea que sus hijos lo amen por lo que él es, por lo que ha hecho por ellos, no porque puede proveerles, ya que podría llegar un momento cuando no pueda darle a sus hijos lo que quisiera, sin embargo, ellos lo amarían igual o mucho más y lo apoyarían, ese es amor de verdad. De la misma forma, Dios espera que nuestra relación con Él no esté fundamentada en lo que puede darnos; quiere descubrir en nuestro corazón si de verdad lo amamos incondicionalmente. ¿En quién te conviertes cuando las cosas no van bien? ¿Cómo reaccionas cuando lo que pides no es respondido o no te es dado? ¿Eres como Job, quien no se reveló en contra de Dios?

    Dios es soberano, y en la adversidad sigue siendo Todopoderoso, por eso, estamos convencidos de que al vivir junto a Él cualquier situación nos ayudará a bien, conforme a Sus propósitos. Nuestro Señor no castiga provocando lo malo, pero sí quiere ver si lo buscamos por amor o por interés. Es por esa razón que la Palabra nos enseña que busquemos primero el reino de Dios y lo demás será añadido. Por supuesto que no es fácil. Muchas personas y situaciones intentarán debilitar nuestra convicción, tal como le sucedió a Job, a quien hasta su esposa motivó para que renegara de su fe. Estas personas solo nos hacen más fuertes en nuestro convencimiento de que somos hijos de Dios y que siempre encontraremos la forma de que el diablo quede avergonzado.
     
     Frente a las dificultades es que realmente se conoce a un hombre por sus convicciones, por lo que sostiene su vida y le da seguridad, esa certeza que forma su carácter y le permite ver las promesas de Dios hechas realidad en su vida. Si reconoces que Él continúa siendo Dios en las buenas y en las malas, como José lo hizo en la cárcel, como Job lo hizo en medio de tanta tragedia, te aseguro que serás engrandecido por guardar tus convicciones y mantenerte firme. Dios te bendecirá y te prosperará. No te apartes de tu fe, lucha, siga creyendo, no permitas que nada te separe del Señor. Alimenta tus convicciones buscando al Señor sin descanso porque así fortalecerás tu fe. Seguramente el mundo te retará, pero esos retos son de ayuda porque nos permiten fortalecernos y ser firmes en el amor al Señor. Acepta a Jesús en tu corazón y Él te llenará de esperanza, porque ya no estarás solo en tus fuerzas, sino que tendrás las de Dios para superar toda dificultad y ¡vencerás!

Versículos de Referencia:

Eclesiastés 9:11 dice: Me volví y vi debajo del sol, que ni es de los ligeros la carrera, ni la guerra de los fuertes, ni aun de los sabios el pan, ni de los prudentes las riquezas, ni de los elocuentes el favor; sino que tiempo y ocasión acontecen a todos.

Job 1:8-11 comparte: Y Jehová dijo a Satanás: ¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal? Respondiendo Satanás a Jehová, dijo: ¿Acaso teme Job a Dios de balde? ¿No le has cercado alrededor a él y a su casa y a todo lo que tiene? Al trabajo de sus manos has dado bendición; por tanto, sus bienes han aumentado sobre la tierra. Pero extiende ahora tu mano y toca todo lo que tiene, y verás si no blasfema contra ti en tu misma presencia.

 Job 1:20-22 recuerda: Entonces Job se levantó, y rasgó su manto, y rasuró su cabeza, y se postró en tierra y adoró, y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito. En todo esto no pecó Job, ni atribuyó a Dios despropósito alguno.

Romanos 8:28 asegura: Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.
Job 2:9-10 relata: Entonces le dijo su mujer: ¿Aún retienes tu integridad? Maldice a Dios, y muérete. Y él le dijo: Como suele hablar cualquiera de las mujeres fatuas, has hablado. ¿Qué? ¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos? En todo esto no pecó Job con sus labios.

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GENERACIÓN DEL “AHORA”

La fe y la paciencia son las mejores aliadas para alcanzar las promesas del Señor.

    Todos conocemos el famoso pasaje de la Biblia en el que Jesús, caminando sobre el agua, le dijo a Pedro que fuera donde Él estaba. ¿Pedro tuvo fe? Claro que sí, porque comenzó a caminar sobre el agua, pero luego tuvo miedo y dudó. A veces nos sucede lo mismo, emprendemos algo con fe, aunque frente a las situaciones adversas, dudamos y nos debilitamos. ¡A mí se ha sucedido! Por ejemplo, al casarme le creí al Señor por un regalo de bodas que aún no ha llegado, sin embargo, sigo creyendo. Cuando la promesa tarda en llegar, dudamos: “¿Será que debí pedir eso?” Si la sanidad no llega pronto, nos preguntamos: “¿Será que Dios quiere sanarme?” Frente a dichas situaciones, ¿cuál debe ser nuestra actitud?

wilver santoyo

   Si recordamos a Abraham, a quien consideramos padre de la fe, vemos que él creyó a pesar de todo, por sobre su realidad que le gritaba que era imposible que tuviera un hijo. Esa es la fe que debemos imitar, la que no se doblega, la que se combina con la paciencia para heredar las promesas de Dios.

   El Señor me ha mandado a enseñar sobre la paciencia a mi generación y a los más jóvenes, porque el mundo nos está educando para ser impacientes y ansiosos. Los avances tecnológicos pareciera que nos motivan a desesperarnos frente a la posibilidad de tener fe y ser pacientes. Ahora no se cree sin pruebas visibles y se busca desesperadamente obtener de inmediato lo que se desea. ¡No sabemos esperar! Todo lo instantáneo se valora por el espejismo de que nos ahorra tiempo, pero no todo puede ser así. Las cosas que de verdad tienen valor requieren tiempo, paciencia y esfuerzo. Aunque tengamos la posibilidad de comunicarnos inmediatamente a través de un mensaje de texto enviado desde nuestro teléfono celular, nada se compara con el placer de una buena y larga conversación cara a cara. Aunque es posible cocinar una sopa en el microondas, no podemos igualarlo a una cena preparada con tiempo y cariño. Ahora que es tan fácil comunicarnos por mail, se valora mucho más el tiempo y el esfuerzo de una carta escrita a mano. Sin embargo, los jóvenes quieren velocidad, rapidez, se niegan a esperar. Por eso, se escucha que piden a sus padres: “Cómprame el iPhone 6 porque el iPhone 5 es muy lento”. Sin embargo, ¡la paciencia en la mejor aliada de la fe!, como Robin es el mejor apoyo para Batman,  y como Patricio lo es para Bob Esponja. Si deseas alcanzar valiosas promesas de Dios, ármate de fe y de paciencia, porque solamente de esa forma alcanzarás un buen final para lo que anhelas.

    ¿Qué es paciencia? Cuando la Biblia habla sobre Abraham, dice que esperó pacientemente, es decir que esperar y ser paciente no es lo mismo, porque sería redundante, como decir que subimos para arriba o salimos afuera. Así que al buscar el significado de paciencia, vemos que significa ser perseverante en medio del sufrimiento, por lo tanto, la paciencia está relacionada con algo largo y sufrido.  Esperar es algo cotidiano, esperamos en el tráfico y al hacer cola en un banco, pero ser paciente es enfrentar esa espera incómoda con buena actitud, porque hay sufrimiento, ansiedad de por medio. Al esperar el cumplimiento de una promesa que no llega, hay que ejercer la paciencia para no caer en el desánimo. ¿Comprendes la diferencia? Es posible esperar con paciencia o con impaciencia.

      Si has hecho deporte, sabes que en el proceso de preparación para una competencia hay momentos sufridos e incómodos que se deben superar con paciencia, enfocados en el galardón que esperamos obtener. Una prima practica gimnasia olímpica, y su mayor deseo es representar a Guatemala. Durante sus largas horas de entrenamiento se lastima las manos, pero ahí la ves aplicándose ungüento para sanar. Claro que es doloroso, sin embargo, lo afronta con paciencia porque tiene muy claro su objetivo. Si estamos dispuestos a pasar por esos sacrificios por una recompensa mundana, ¿cuánto más no debemos estar dispuestos a esperar con paciencia y enfrentar sufrimiento por alcanzar una promesa de nuestro Padre Celestial? ¿Cuánto estás dispuesto a esperar porque tu familia se acerque al Señor? Si estás creyendo por esa promesa, en medio de esos malos comentarios que a veces te hacen, no pierdas la paciencia, persevera; si Dios lo prometió, seguramente lo dará.

      Para ver la obra completa, para ser íntegros y que no nos falte cosa alguna, es necesario tener fe y paciencia. Eso dice la Palabra y así debe ser. Si ya tienes clara tu meta, no tires la toalla cuando la situación ser ponga difícil, sigue creyendo porque la paciencia es necesaria para que la fe alcance su propósito. Dios no es hombre para mentir; Él escucha nuestra oración y nos saca del pozo de la desesperación si le demostramos nuestra fe y esperamos el cumplimiento de Sus promesas con paciencia. Recuerda que Él también nos ha tenido suficiente paciencia porque nos ama, por eso nos da ejemplo y nos perdona, a pesar de que podría dar rienda suelta a Su enojo.

    Dios sabe que hay muchas personas pasando momentos de desesperación, de fatiga y de dolor, por eso me ha pedido que te diga: “Yo te sacaré de allí, te lo prometo”. El mismo Dios que cumplió Su promesa a Abraham, que sacó al pueblo de la esclavitud y que asistió al rey David, es quien te promete auxilio, así que ten paciencia y confía en Su Palabra.  Si le has pedido por tu familia, por la prosperidad de tu casa, por la tierra que deseas poseer, ¡ten paciencia en medio del sufrimiento porque tu promesa vendrá! Dile al Señor con confianza: “Señor Jesús, te abro las puertas de mi corazón y te entrego mi vida. Gracias por salvarme y por darme promesas de bien. Creo en ti y esperaré pacientemente Tu manifestación gloriosa en mi vida”.

Versículos de Referencia:

Mateo 14:27-31 dice: Pero en seguida Jesús les habló, diciendo: !!Tened ánimo; yo soy, no temáis! Entonces le respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas. Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús. Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: !!Señor, sálvame! Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: !!Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?

Hebreos 6:12-13 enseña: A fin de que no os hagáis perezosos, sino imitadores de aquellos que por la fe y la paciencia heredan las promesas. Porque cuando Dios hizo la promesa a Abraham, no pudiendo jurar por otro mayor, juró por sí mismo.

Eclesiastés 7:8 TLA comparte: Más vale un buen final que un buen principio. El que tiene paciencia llega a la meta; el orgulloso habla mucho, pero no logra nada.

Santiago 1:3-4 comparte: Sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.

Salmo 40:1-3 recuerda: Pacientemente esperé a Jehová, y se inclinó a mí, y oyó mi clamor. Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos. Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios. Verán esto muchos, y temerán, y confiarán en Jehová.

Salmo 75:8 TLA advierte: Dios está muy enojado y está listo para castigar. Cuando pierda la paciencia, dará rienda suelta a su enojo y todos los malvados de la tierra

Tendrán su merecido.
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mayo 07, 2015

“Jesús lo es todo” Pastor Javier Bertucci

Cierre de la Gran Convocatoria El Evangelio Cambia San Cristóbal 

La única garantía y esperanza de justificación es Jesús, cuando Jesús murió en una cruz por ti, abrió las puertas de tu prisión y problema, clavó en la cruz tus pecados para que tengas libertad. Cuando Jesús lo es todo para ti es tu garantía de ser libre en la tierra. La justicia es solamente lograda cuando entiendes que Él lo es todo, una vez que crees que Él te justifica, puedes asistir luego a una iglesia. Es diferente, la iglesia no te hace justo, Jesús es el que te hace justo, si quieres conocer al Padre, conoce a Jesús. Una vez que comprendes que el Padre te dio su amor, podrás ver que Él a través de Jesús envió su propio amor por ti. 



Lucas 
11:21-23: “Cuando el hombre fuerte armado guarda su palacio, en paz está lo que posee. Pero cuando viene otro más fuerte que él y le vence, le quita todas sus armas en que confiaba, y reparte el botín.El que no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo no recoge, desparrama.”

Él es toda tu oportunidad para ser liberado de todo yugo y maldad, por eso no temerás de la hechicería, eso no tiene poder, Jesús es el más poderoso del universo y el más fuerte. Jesús puede quitar todo lo que hace daño por medio de su poder. Jesús es el más poderoso y cuando toques una persona, sea brujo o hechicero les transmitirás el poder de Jesús. 

Jesús es todo lo que necesito como ejemplo para dar, Él es el mayor ejemplo. Si Él murió por ti, ahora es justo que vivas para Él, este país será cristiano en poco tiempo. Jesús será el más amado entre todos, este país será la primera en ser salva por la predicación de este Evangelio. ¿Cómo no darlo todo por Él? Vivir con la mirada puesta en el cielo estando aquí en la tierra. 

Juan 9:10: “Y le dijeron: ¿Cómo te fueron abiertos los ojos?”

Juan 
9:35-38: “Oyó Jesús que le habían expulsado; y hallándole, le dijo: ¿Crees tú en el Hijo de Dios? Respondió él y dijo: ¿Quién es, Señor, para que crea en él? Le dijo Jesús: Pues le has visto, y el que habla contigo, él es. Y él dijo: Creo, Señor; y le adoró.”

A este ciego, Jesús tenía que hacerle sus ojos de nuevo y lo hizo con el mismo material con el que fuimos hechos, a la final todos somos de barro, por eso no hay orgullo que defender, nadie puede creerse otra cosa. Jesús es toda la fe y la influencia que necesitamos para cambiar.

Mateo 21:42: “Jesús les dijo: ¿Nunca leísteis en las Escrituras:La piedra que desecharon los edificadores, Ha venido a ser cabeza del ángulo. El Señor ha hecho esto, Y es cosa maravillosa a nuestros ojos?”

1 Corintios 10:4: “y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo.”

Si Jesús nos pudo cambiar, Él va a cambiar también nuestro país por completo. Él es la estabilidad de todo el universo, el balance óptimo, Él hace que todos los planetas no salgan de su órbita. Cuando tienes a Jesús en el corazón te hará una persona estable sobre toda las cosas.


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mayo 06, 2015

"La Revelación de Jesús" "Yo quiero aprender de Jesús” Pastor Javier Bertucci.


La Autosuficiencia es el sentimiento humano que te hace creer que puedes permanecer santo, limpio, puro y justo por tus propios medios sin tener a Jesús en tu vida. Es un sentimiento tan peligroso como el pecado, porque ambos te apartan de Dios.




Jesús nunca permitió que la autosuficiencia dominara su vida. (Juan 5:19) “Respondió entonces Jesús, y les dijo: De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente”.



Si Jesús dijo que él no podía hacer algo el mismo, como alguien puede decir que el mismo es suficiente. Tal vez el hijo siempre va a imitar a su padre, porque ve que a ellos les funciona. 



El evangelio cambia no es un método, es un espíritu de obediencia, cuyo propósito es llenar el cielo no una iglesia. No se trata de que todos usemos el evangelio cambia, se trata de que prediquemos a Jesús, nosotros no competimos servimos, por que el hijo del hombre vino a servir no ha competir. 



No hagas nada por competencia, has todo por obediencia. Hagámoslo por el servicio, por el deseo de cumplir el deseo de nuestro padre. (Juan 3:16) “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”.



La obediencia, el servicio y la fe es lo único que agrada a Dios. Aparte de la fe es creer que Él me salvo. Cuando usted quiera saber si algo procede de Dios vea sus frutos, por sus frutos los conoceréis. 



(Mateo 11: 2 – 6) “Y al oír Juan, en la cárcel, los hechos de Cristo, le envió dos de sus discípulos, para preguntarle: ¿Eres tú aquel que había de venir, o esperaremos a otro? Respondiendo Jesús, les dijo: Id, y haced saber a Juan las cosas que oís y veis. Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres es anunciado el evangelio; y bienaventurado es el que no halle tropiezo en mí.” 



Es importante que usted se haga esta pregunta ¿vives para Dios o para la gente? A Jesús no le importo lo que la gente dijera cuando el entrara al Jordán y se bautizara para el perdón de los pecados, si a Él que es hijo de Dios no le importo, que puedes hacer tú para que te importe lo que la gente diga o piense. 



(Mateo 3:13) ”Entonces Jesús vino de Galilea á Juan al Jordán, para ser bautizado de él”. Al padre le complace más la humildad y la obediencia, que la grandeza y la fama. Por eso dejen de ver las normas y las doctrinas, vean que en “El Evangelio Cambia” la gente se está salvando.



Todos como hijos de Dios tenemos derechos, ese derecho se nos revelará, en la medida en la que sirvamos, en la forma en la que hagamos un servicio de primera para Dios, en esa medida vamos a tener derecho. Mi único derecho es nuestro propio servicio.
(Isaías 43:1) “Ahora, así dice Jehová, Creador tuyo, oh Jacob, y Formador tuyo, oh Israel: No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú”. Jesús es mi autosuficiencia.




(Filipenses 2:9) “Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre”. 
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MI HISTORIA

PREPARARSE ESPIRITUALMENTE

¿Qué significa la gracia para usted? ¿De qué manera le ha ayudado a cambiar su vida el hecho de sentir el poder de Jesucristo? ¿Qué saben las jóvenes en cuanto a la gracia? ¿De qué forma puede ayudarles a comprender el poder de la gracia en la vida de ellas?

¿QUE ES LA GRACIA DE DIOS?

La gracia es la ayuda divina y la fortaleza que recibimos por medio de la expiación de Jesucristo. Por medio de la gracia somos salvos del pecado y de la muerte. Además, la gracia es un poder que nos fortalece día a día y nos ayuda a perseverar hasta el fin. Se requiere esfuerzo de nuestra parte para recibir la plenitud de la gracia del Señor.

ENSEÑAR A LA MANERA DEL SALVADOR

Para enseñar a los que lo seguían, el Salvador les ayudó a ver ejemplos de Sus enseñanzas en la vida cotidiana. Él compartió relatos, parábolas y ejemplos sencillos de la vida real que tuviesen sentido para ellos. ¿De qué manera puede utilizar algunos ejemplos para enseñar a las jóvenes en cuanto a la gracia y cómo actúa la gracia en la vida de ellas?

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