Nuestro Padre anhela bendecirnos con
maravillosos dones que pondremos al servicio de la congregación.
A todos nos encanta recibir regalos, y nuestro Padre
Celestial siempre desea obsequiarnos con Sus bendiciones. Sabemos que los
regalos son diferentes de los premios porque los recibimos por iniciativa de la
persona que desea darlos, no son algo que nos ganamos, aunque no me negarás que
se le dan regalos a las personas queridas y especiales. Por lo tanto, sí
podemos mover el corazón de alguien para que nos dé un regalo. ¡Nuestra
cercanía con Dios, el amor que le demostremos y la actitud correcta, lo motiva
a darnos los regalos que tiene reservados para nosotros! Él anhela llenarnos
con Sus dones para que los compartamos con los demás. Y podemos recibirlos
porque Jesús nos hizo hijos y coherederos, por lo que nos habilitó para
recibirlos. Además, es importante saber que es el Espíritu Santo quien nos
entrega esos dones que nos ayudarán a cumplir el propósito de Dios en nuestra
vida.
Los regalos de Dios son muchísimos. De hecho, la vida es uno,
así como todas las capacidades y talentos que tenemos para salir adelante. Por
lo tanto, capacidades, dones y regalos son lo mismo cuando se trata de lo que
el Señor nos da. Especialmente vale la pena conocer y apreciar las capacidades
que Dios nos da para servir y bendecir a otros como parte de una congregación,
como parte del cuerpo de Cristo. Algunos de estos dones son la capacidad de
hablar con sabiduría, lo que sirve para tomar decisiones; otro es el don de
conocimiento para comprender lo que no se ve y apreciar con los ojos
espirituales para ministrar; también está el don de la fe, ya que si bien es
cierto que todos tenemos una porción de fe, podemos incrementarla. ¿Cómo? Pues
enfrentando situaciones retadoras. Fue a partir de ese momento cuando comenzamos
a ver el crecimiento.
Recibir el regalo de la autoridad para hablar de parte de
Dios, es decir, el don de profecía que muchas veces es malinterpretado, ya que
debe ser administrado bajo la cobertura y reconocimiento de un pastor, porque
debe servir para edificación de las personas. Profetizar nunca se trata de
adivinar el futuro, sino que consiste en confirmar lo que Dios ya ha dicho para
que creamos y hagamos lo que Él quiere. Otro regalo es la capacidad de
discernimiento de espíritus. Otro regalo es el de hablar en diferentes idiomas
que solo el Espíritu Santo puede interpretar; y otro don es el de comprender
esos idiomas para edificación, ya que podemos expresar cosas que ni nosotros
comprendemos. Los dones de Dios nos habilitan para hacer cosas sobrenaturales,
así como sucedió con Pablo, quien al recibir al Espíritu Santo se convirtió en
evangelista, a pesar de que era el verdugo de los cristianos. ¿Puedes imaginar semejante
cambio? Ese es el poder que tienen los regalos de Dios en nuestra vida. Hoy
debes descubrir los dones del Espíritu en ti. Recíbelos, agradécelos y
aprovéchalos en beneficio de tus hermanos.
Para recibir estos regalos debemos reconocer al Señor como
nuestro único Dios, lo que significa que ya no hay otros dioses ajenos que le
roban el primer lugar en nuestra vida, como el trabajo, la pareja o el dinero.
Además, es necesario que de nuestra boca ya no salgan palabras de maldición,
porque no es posible tener los dones de Dios y hablar las groserías del mundo.
No tengas miedo, el Espíritu Santo descenderá sobre ti y te bautizará, además,
te dará Sus dones para que sirvas al Señor de una forma que nunca imaginaste. Ahora
descubrirás cosas que no están en tu entendimiento, te sorprenderás por todo lo
que harás, y por tu llamado al servicio. ¡Hasta hoy, te has visto en tu
naturaleza, pero debes verte según la naturaleza de Dios!
Tu Padre está listo para dártelos, ¿estás listo para
recibirlos? Pídele Sus dones y Él decidirá cuál darte para que en la iglesia
todos nos complementemos con los dones de los demás. Al recibirlo, debes
ponerlo al servicio del ministerio de Jesús. Si quieres vivir en un mundo
sobrenatural, debes pedir los regalos del Espíritu para ministrar a quienes son
parte del Cuerpo de Cristo. Tu don es para que lo uses, para que lo aproveches
y bendigas a otros con alegría y generosidad. Las capacidades que recibimos son
para edificación de todos, además de fortalecernos en fe y en unidad con el
Señor. De esa forma, alcanzamos la plenitud de vida. Busca a tus líderes para
que te impongan manos, recibas los regalos del Espíritu y seas usado con poder,
en el nombre de Dios.
Versículos de
Referencia:
[1] 1 Corintios 12:1-11 (TLA) asegura: Queridos hermanos,
quiero que sepan acerca de las capacidades que da el Espíritu Santo. Cuando
ustedes aún no habían creído en Cristo, cometían el error de adorar ídolos que
ni siquiera pueden hablar. Sólo quienes son guiados por el Espíritu Santo
reconocen que Jesús es el Señor. Por eso, quiero que entiendan que ninguna
persona puede maldecir a Jesús, si es guiada por el Espíritu Santo. Los que
pertenecen a la iglesia pueden tener distintas capacidades, pero todas ellas
las da el mismo Espíritu. Se puede servir al Señor Jesús de distintas maneras,
pero todos sirven al mismo Señor. Se pueden realizar distintas actividades,
pero es el mismo Dios quien da a cada uno la habilidad de hacerlas. Dios nos
enseña que, cuando el Espíritu Santo nos da alguna capacidad especial, lo hace
para que procuremos el bien de los demás. A algunos, el Espíritu les da la
capacidad de hablar con sabiduría, a otros les da la capacidad de hablar con
mucho conocimiento, a otros les da una gran confianza en Dios, y a otros les da
el poder de sanar a los enfermos.
Algunos reciben el poder de hacer milagros, y otros reciben la autoridad
de hablar de parte de Dios. Unos tienen la capacidad de reconocer al Espíritu
de Dios, y de descubrir a los espíritus falsos. Algunos pueden hablar en
idiomas desconocidos, y otros pueden entender lo que se dice en esos idiomas.
Pero es el Espíritu Santo mismo el que hace todo esto, y el que decide qué
capacidad darle a cada uno.
[2] 1 Pedro 4:10 comparte: Cada uno según el don que ha
recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme
gracia de Dios.
[3] Romanos 12:6-8 (TLA) asegura: Dios nos ha dado a todos
diferentes capacidades, según lo que él quiso darle a cada uno. Por eso, si
Dios nos autoriza para hablar en su nombre, hagámoslo como corresponde a un
seguidor de Cristo. Si nos pone a servir a otros, sirvámosles bien. Si nos da
la capacidad de enseñar, dediquémonos a enseñar. Si nos pide animar a los
demás, debemos animarlos. Si de compartir nuestros bienes se trata, no seamos
tacaños. Si debemos dirigir a los demás, pongamos en ello todo nuestro empeño.
Y si nos toca ayudar a los necesitados, hagámoslo con alegría.
[4] Efesios 4:12-13 explica: A fin de perfeccionar a los
santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo,
hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de
Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo;
[5] 1 Timoteo 4:14-15 (TLA) aconseja: No dejes de usar las
capacidades especiales que Dios te dio cuando los líderes de la iglesia
pusieron sus manos sobre tu cabeza. El Espíritu Santo habló con ellos y les
ordenó hacerlo. Haz todo eso y dedica tiempo para ello, para que todos vean que
cada día eres mejor.
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