LA BODA DE MI HERMANA YANE Y DUARQUI.
Decidir casarnos con alguien no es algo que sucede a la ligera, ya que es decidirnos por una opción que debiera de ser eterna. Aceptar una propuesta matrimonial supone que estamos convencidos de querer pasar el resto de nuestros días junto a ese ser, compartiendo sus alegrías, llorando sus penas celebrando sus triunfos, entre muchas otras cosas más.
MI HEMANA YANE Y DUARQUI |
Te deseo las mejores cosas de la faz de la tierra, hermana querida. Sé que estás tomando esta decisión de manera consciente y que sólo te traerá alegrías y mucha dicha por el resto de tus días. Cuento con que el sentimiento que existe entre los dos les permita comunicarse siempre, quererse, respetarse y sobre todo valorar lo que uno representa para el otro. Espero que disfrutes mucho de la convivencia y que todo salga de maravilla.
No hay nada más lindo que verte así, increíblemente contenta y radiante por la decisión que estás a punto de concretar: te vas a casar con el hombre de tus sueños. Me imagino que ya sabes que lo único que puedo desearte es felicidades infinitas en la nueva era que estás por comenzar. Me parece muy admirable tener la valentía de entregarse por completo a un sentimiento tan maravilloso; luchen por sus metas y ten por seguro que las alcanzarán. Muchas felicidades en tu boda.
Lo más importante que tendrás ahora será, la promesa de amarlo, serle fiel y leal en todo momento, y como a ustedes eso no les falta, sé que les irá muy bien. El Señor se encargará de proveerles lo que necesiten, ustedes sólo preocúpense de quererse y hacerse felices
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